Un 85% de las personas con VIH positivo disminuyó sus ingresos durante la pandemia.

Encuesta de Onusida determina que el 45% de los encuestados redujo sus ingresos en más de un 50% y un 46% de entrevistados con VIH estaba desempleado durante la pandemia.

El programa conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA (Onusida) indicó que un 85% de las personas con VIH positivo sufrió una drástica disminución de sus ingresos económicos debido a la pandemia.

Estos resultados están contenidos en la “Segunda Encuesta Rápida de Necesidades de las Personas que Viven con VIH (PVVIH) ante la pandemia por COVID-19 en la República Dominicana”.

La directora de Onusida en el país, Bethania Betances, detalló que los estragos del COVID-19 a nivel económico son altos, dado que el 45% de los encuestados redujo sus ingresos en más de un 50%, mientras que para el 21% de los participantes se redujo entre 25% y 50%. Para el 24% la disminución fue inferior al 25%.

Betances indicó que, al momento de realizar la encuesta en línea, en junio de 2020, el 46% de entrevistados estaba desempleado o era estudiante, en tanto que el 21% trabajaba en el sector privado, el 15% en el sector informal, el 9% en el sector público, el 5% se dedicaba al trabajo doméstico, un 2% al trabajo sexual, y otro 2% desarrollaba labores como obreros, agricultores o estaban jubilados.

“Al momento de la encuesta, el 38% de las personas haitianas y sus descendientes estaban desempleadas o eran estudiantes. De los que trabajaban, el 1% lo hacía en el sector público y el 16% en el privado, mientras que un 21% laboraba en el sector informal. La población haitiana también presentó porcentajes más altos de ocupación en trabajos domésticos, dado que el 14% se desempeñaba en ese tipo de labores, y un 9% como obreros”, subrayó.

Betances aseguró que el COVID-19 no es solo una pandemia global y una crisis de salud pública, sino que también afecta gravemente la economía de los países, debido a que entre las consecuencias negativas del impacto de las medidas de mitigación, se encuentran las reducciones significativas de los ingresos y aumento en el desempleo.

En el estudio se priorizaron las poblaciones clave de la respuesta nacional al VIH, por el impacto que tienen la epidemia del Sida y la pandemia COVID-19 en esos grupos poblacionales.

“Es por ello que, el 38% de encuestados pertenecen a poblaciones de hombres que tienen sexo con Hombres (HSH), 19% a trabajadoras sexuales (TRSX), 14% a migrantes haitianos y sus descendientes, 11% a usuarios de drogas (UD), 9% a transgénero femenina, 2% a personas con discapacidad y otro 2% a personas privadas de libertad”, explicó.

En relación con la nacionalidad, el 80.9% estuvo representado por personas de origen dominicano, seguida por un 14% de migrantes y descendientes haitianos, 4.6% de personas de origen venezolano, y 0.5% de otras nacionalidades, tales como bahameños, colombianos y cubanos.

Servicios de salud y violencia en tiempos de COVID-19

En lo que se refiere a la atención al VIH durante la COVID-19, la ejecutiva destacó que el 22% reportó tener las células CD4 por encima de 500 y que el 5% nunca se ha hecho la prueba, mientras que el 91% dijo estar tomando medicamentos antirretrovirales (ARV), el 5% lo había abandonado, el 4% nunca había iniciado su uso.

El 69% reportó contar con medicamentos para tres meses o más, recibidos de los Servicios de Atención Integral (SAIS).

Acerca de las condiciones de los servicios disponibles para evitar la interrupción de los tratamientos con ARV, la encuesta resaltó que los participantes expresaron la necesidad de mejorar la confidencialidad, ampliar los horarios de atención en las SIAS, así como recibir apoyo nutricional y de transporte.

Otro dato relevante es que el 16% de las personas que viven con VIH reportó haber sufrido algún tipo de violencia y el 53 % dijo sentir que pudiera ser violentado.

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